lunes, 7 de septiembre de 2009

Una giornatta pariculare.

“Una Giornatta Particulare”, Ettore Scola, 1977.
En un día histórico para Italia. Dos personas se encuentran de manera muy particular o meramente accidental, un pájaro forajido es el hilo conductor, entre dos mundos ajenos tan cercanos y tan lejanos a la vez. En una acción simultánea un país está dando un paso decisivo para su futuro, Hitler visita Roma el 8 de mayo de 1938. Pero para Antonietta y Gabriele la vida trascurre de una manera lenta y desesperanzadora, llena de rutinas y finales inminentes.

El encuentro fortuito es una salvación y aceptación de sus destinos. Cada personaje se encuentra frente a una situación crítica y existencial. En este punto citaría a George Berkeley; “Esse ist percipi: ser es ser percibido”. Son dos personas olvidadas por la dictadura por no ser el futuro emprendedor, que se promueve. Gabriele por su homosexualidad y ella en el papel de la abnegada ama de casa.

A lo largo del film los dos personajes se perciben y se reconocen uno dentro del otro. Una escena específica que retrata esto, es cuando Antonietta lo ve por medio de la mirilla y su ojo ve a Gabriele, en ese justo momento es que existen como individuos. Ella se da cuenta que necesita ser un objeto de deseo y el ser escuchado.
El momento más álgido y liberador sucede en la escena de la azotea, donde la libertad tanto del espacio, como de la sociedad los confronta y los libera de sus complejos, se muestran tal como son. Es el instante preciso donde se conjugan la imagen afección que cura y sana.

Los gestos son más importantes que las palabras. Como en la obra de Edvard Mvnch, “Death and the Maiden”, ese instante ese momento de unión y de deseo, percibirse en el otro.


 
                                                           Death and the Maiden, 1893
                                                                 Oil on canvas
                                                                  128 x 86 cm

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